Aquí se ubican manifestaciones esclarecedoras relacionadas con el culto a los muertos y el tránsito a la otra vida, pues en estos lugares se celebran no sólo ceremonias sino que también se levantan cruceiros, petos de ánima, iglesias y ermitas en memoria de las almas de los que ya no son de este mundo. No es por ello casualidad que en estos lugares se sitúe gran parte de las costumbres más enraizadas en las creencias y rituales del gallego; y será donde podremos encontrar, con mayor certeza, a las almas de Purgatorio pues todas las noches salen por los caminos a hacer su rutinario recorrido en esa singular agrupación de espíritus conocida como A Santa Compaña.
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La exaltación misma y la búsqueda de indulgencias provocan este fervor religioso en los intrincados caminos. Así, en ellos se depositan flores y ofrendas, no sólo en moneda sino también en productos agrícolas, y se realizan oraciones por las "almiñas", no únicamente en su memoria ya que también se acude a ellas para pedirles solución a algún problema terrenal. Las ánimas no deben ser olvidadas y así se observa en algunas de estas construcciones que llevan una inscripción de aviso al caminante para que en sus oraciones no olvide pedir por los difuntos: "Como me ves te verán".
Además, la convicción de que por estos lugares deambulen los espíritus puede deberse a lo que describió Castelao:
... las cruces suelen estar en los caminos por donde pasan los entierros.
En Galicia los cruceiros de encrucijada tienen a menudo
una mesa de piedra para posar al difunto mientras reza ...
El mismo Castelao escribía que las encrucijadas, especialmente las de tres caminos, son especialmente peligrosas para el saber popular, el lugar por donde vagan las almas ruines, fundamentalmente la de los condenados que buscan corazones débiles para no sufrir suplicio en soledad.
La literatura no fue ajena a la presencia de personajes pertenecientes a culturas de ultratumba o al misterioso mundo de los espíritus. Uno de los más grandes escritores de esta tierra, Ramón María del Valle-Inclán, incluyó en más de una ocasión ánimas en pena en sus obras tanto de teatro como de narrativa:
... se oyen gemidos de agonía y herrumbroso son de cadenas, que
arrastran en a noche oscura las ánimas en pena que vienen al mundo
para cumplir penitencia. La blanca procesión pasa como una
niebla sobre los maizales.